top of page
CHRISTOPHER (alce de Wisconsin. Mediados del S. XIX)

​​
No es fácil encontrar un alce tumbado leyendo la Crítica de la Razón Pura. Sin embargo, tras numerosas expediciones, el explorador J. J. Vikinsson dio por casualidad con Christopher. Cuando Vikinsson le preguntó que si había leído algo sobre el Leviatán, de Hobbes, el alce respondió que sí, que el hombre es un lobo para el hombre, pero que él era un alce y que le dejara en paz.

EUFEMIA (Egipto. Valle de los Reyes. XVIII Dinastía)

​​
Fue la momia más cabreada del Antiguo Egipto. En vida dejó todo preparado para que la embalsamaran como Osiris manda, pero al morir, en el testamento legó todas sus vasijas de valor a los sacerdotes del templo de Isis, lo que provocó la ira de los familiares, que la enterraron mal vendada y sin sarcófago. De ahí ese gesto de irritación que ha quedado para la posteridad.

MICERINA ALEXANDRA (langosta del sur de Egipto. Séptima dinastía)

​​
Por la Biblia, sabemos que Dios mandó una plaga de langostas contra Egipto. Naomí (aún no se llamaba Micerina Alexandra) fue la más astuta: se coló en el palacio del faraón y le prometió que se llevaría a todas sus compañeras al Nilo para ahogarlas, a cambio de ser nombrada favorita del faraón. Desaparecida la plaga, Ramsés II creyó que había sido cosa de ella, así que le dio el nombre de Micerina Alexandra, reservándola una suite con vistas, en los jardines palaciegos

                              

bottom of page