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MONSIEUR CACHIMBAUX (La Rochelle, Francia. 1850)

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Pescador polivalente, utilizaba de manera simultánea la caña con la mano derecha y la red con la izquierda, logrando capturas inverosímiles. Su destreza era tal que cuando unos peces picaban el anzuelo y otros caían en la red, con la derecha sujetaba la caña al mismo tiempo que recogía el sedal, y con la izquierda subía la red al barco, sacaba los peces y los colocaba en cajas por especies y tamaños. Al finalizar la tarea, los días de buena pesca se braseaba ex aequo sobre la cachimba un espeto de boquerones y otro de sardinas. La cofradía de pescadores de La Rochelle, le acusó de competencia desleal y el gobierno aprobó una ley de incompatilidades que le obligó a dejar la red o la caña. Incapaz de adaptarse a la nueva situación, acabó en el psiquiátrico de Burdeos, donde murió creyéndose mitad besugo, mitad salmonete.

¿TIGRERPIENTE O SERPIENTIGRE? (Quinto día de la Creación)

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¿Tigre con cuerpo de serpiente o serpiente con cabeza de tigre?. Los bibliapólogos discrepan sobre la naturaleza de este animal puesto por Dios en el mundo. Los más eruditos afirman que, en un primer momento, dudó entre crear el tigre o la serpiente pero no los dos porque ya había muchos animales danzando sobre la Tierra. Al final se inclinó por este bicho tan raro, pero al verlo no le gustó y no hizo más ejemplares. A continuación creó el tigre y dio por resuelta la disyuntiva. Fue Satanás (entonces todavía ángel bueno en apariencia) el que le convenció para que creara también a la serpiente. No hace falta recordar lo que pasó a continuación.

PETRONILA (mascota de Zenón de Elea. Grecia, año 412 a. C.).


El filósofo griego solo tenía ojos para Aquilina, de la que estaba platónicamente enamorado. Su ceguera le llevó a concluir matemáticamente que nadie era capaz de ganar una carrera a su tortuga. Zenón había perdido la cabeza. De acuerdo con su conocida paradoja, Aquiles, considerado el más veloz de los hombres, nunca alcanzaría a la tortuga si la daba unos metros de ventaja. Cuando su paisano Parménides leyó aquello, le pidió que hiciera el experimento en vivo. “Para eso, necesito que me traigas a Aquiles”- dicen que respondió el muy astuto. Decidido a refutar la paradoja, Parménides fue en busca del héroe griego, pero no pudo recibirle por problemas de agenda, según le dijo Patroclo. Y ahí quedó la cosa.

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