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NOSOYPINOCHO (Hungría, 1896).

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Este joven húngaro pasó su corta vida de pueblo en pueblo y de ciudad en ciudad, gritando que él no era Pinocho. “Entonces, ¿por qué tienes esa nariz tan larga?”, le preguntaban unos. “Yo qué sé; nací así”, respondía, harto. “Dí una mentira, a ver si te crece”, le retaban otros. “Esta bien –le respondió por fin a uno- Tú eres tonto y en tu casa no lo saben”. El tonto no supo cómo interpretar la falta de reacción de la nariz, y como resulta que era hermano del káiser, le mandó fusilar allí mismo para no dejar cabos sueltos.

ALFRED & ALFRED (Londres, 1931).

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Guardia del Buckingham Palace durante el día; jefe de una banda de ladrones de guante blanco por la noche. La doble vida de Alfred Hyde no podía durar mucho tiempo. Tanto trajín le desnortó, hasta el punto de que una noche de noviembre se presentó ante sus compinches en un atraco, vestido con el traje de guardia, incluyendo el gorro de piel de oso, en la cabeza. Pasados los primeros momentos de duda y asombro, el segundo de la banda le liquidó al ver que, además, empezaba a desfilar por la joyería con el fusil al hombro.

TITO, EL GORRIÓN AVENTURERO (Tierras de Castilla, España 2010).

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Huérfano de padre y madre, conoció a un petirrojo que le enseñó a volar a base de ostias. Sus primeros días los pasó fatal a causa de las agujetas que le salieron en las alas. Luego, una ardilla le dio un trozo de nuez y casi se ahoga. En otra ocasión, se salvó por las plumas de caer en manos de un gato… En fin… Cualquiera diría que Tito era un gorrión sombrío, pero no: su optimismo antropológico superaba al de Zapatero, así que siguió adelante. Zapatero no.

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