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HONORIO BIRLI BIRLOQUE  (Director de Caja de Ahorros. España, 2005)

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Se inició en el mundo de las finanzas corriendo a la izquierda la coma de los saldos bancarios de sus clientes en una noche, de forma que aquel que ese día se acostó con un saldo en cuenta de 50.000,00 €, a la mañana siguiente se despertaba con 500,00 €. Con la suma obtenida Honorio puso una transferencia on line a las Islas Fiji, donde residía su maestro armero. El juez que llevaba el caso ha sido acusado de acostarse con su propia madre, muerta hace 30 años, y de practicar magia negra contra la sostenibilidad del sistema financiero. Vaya tipo (el juez, digo).

BORIS (Dragón vulcanizado. Eslovenia. S. VI).

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A causa de un gen trastabillado, nació con fuego dentro pero sin el instinto de escupirlo. Él veía a sus compañeros quemar personas que daba envidia, sin embargo, abría la boca, se metía los dedos, y nada, ni humo. Así fue creciendo, y su fuego interno al mismo ritmo, hasta que una tarde de octubre merendó diez kilos de guindillas que le activaron el magma estomacal, provocándole una erupción volcánica que acabó con su vida. Se quedó de ese color marrón ceniza que luce.

PIGMEOS TRILLIZOS (El Congo. Siglo XIX o así).

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De padres Watusi, nacieron estos tres pigmeos siameses unidos entre sí por una plataforma carnosa. Para evitar las habladurías (la madre había pasado una temporada en un poblado pigmeo bailando la danza del vientre), al nacer les liaron fuertemente los cerebros con cuerdas de piel de rinoceronte y dejaron que crecieran en la trastienda. Cuando entendieron que habían alcanzado la estatura suficiente como para no desentonar entre los watusi, les colocaron en la puerta como reclamo turístico para sacar unas monedas. Ante la falta de confianza en el hacha como instrumento quirúrgico, el último en morirse tuvo que vivir con sus dos hermanos muertos durante más de 15 años. Vaya tela.

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