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COSACOS CON TOBILLOS GIRATORIOS (Petroff e hijo. Ucrania. Año 1569)

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La ilusión de Petroff siempre fue pertenecer al cuerpo de cosacos del zar, deseo que le transmitió a su hijo Vladimir. Sin embargo, siempre eran rechazados a causa de sus tobillos. Rendidos, formaron un dúo de baile insuperable que iba de gira por pueblos y ciudades. Su fama llegó a palacio e Iván el Terrible mandó que bailaran un kazatchok en su presencia. Tal fue la impresión, que les puso a su servicio, pero no como bailarines, sino como guardias personales: a partir de entonces no hubo forma de acercarse al zar sin que ellos lo advirtieran. Petroff murió pronto de un giro brusco.

MONAIDA (Cuenca, 1983).-


Ni evolución ni gaitas. Este ejemplar nació directamente por la copulación de dos seres humanos. La madre que la parió, al verla salir, juró a su marido que nunca había mantenido relaciones sexuales con otro ser vivo que no fuera él, y la creyó. Eso dijo. No obstante, para evitar que el matrimonio acabara en ruptura (“Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre, y menos por culpa de una mona”- dijo el capellán del hospital) se autosugestionaron hasta el punto de llegar a creer firmemente que era humana. De mayor estudió on-line Administración de Empresas, y ahora está de asesora en una compañía eléctrica.

EL ENCHUFEJO (Animal español. S. XX).


Este nuevo animal nace y se desarrolla de manera autónoma, a partir de la mano de un político español del siglo XX, arrancada a cuajo a causa del peso producido por el importe que se llevaba. Su extraordinaria inercia hacia el nombramiento a dedo, hizo que la mano amputada cobrara vida de forma espontánea. Como se aprecia, el dedo índice se destaca hacia adelante de manera espectacular, le brota un ojo a la altura del nudillo y dispone de tres piernas que le sirven para desplazarse con rapidez por las distintas administraciones públicas a fin de seguir colocando amiguetes. No corre ningún peligro de extinción.

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