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GARRAPA, LA BRUJA GORRONA (Illinois, EEUU. Año 1685).

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Si nos acercamos lo suficiente, en la parte superior, sobre el gorro, puede apreciarse un objeto circular de cuyo centro sale un hilo transparente que, a modo de cordón umbilical, lo une a la bruja. Se trata de una ventosa. Garrapa visitaba los garitos de sus compañeras, plantaba la ventosa y se unía al aquelarre compartiendo la pócima que habían preparado las demás. Nunca llevaba ni una mísera oreja de rata como detalle. Al final, una de las víctimas del gorroneo echó la ventosa al caldero y se acabó el abuso. Lo último que sé es que Garrapa, muy molesta, se autohechizó para convertirse en lapa.

MENINA, ANTES Y DESPUÉS DE LA BURBUJA EXPANSIONISTA DE FELIPE IV (España, Siglo XIX)

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Ambas figuras corresponden a la misma menina, Luisa Fernanda, que no aparece en el cuadro de Velázquez porque estaba en la cama con disentería. A la izquierda, se la ve elegante, cuando el reino de Felipe IV se encontraba en plena burbuja expansionista. A la derecha, cuando se pinchó la burbuja: Francia y Portugal nos mojaron la oreja y nos quedamos casi con lo puesto. Aparece ahora más bajita, sin lustre, el vestido sujeto con velcro de la época, debajo unas enaguas que hoy diríamos “de los chinos” y señales inequívocas de que empezaba a caérsele la cara de vergüenza según se iba achicando el Imperio. Murió descompuesta.

CABEZA DE INDIO VASIJO (Chile. Año 1522).

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La América precolombina es lo que crea: mucho desconcierto. Cuando Magallanes puso pie en tierra en Chile, se encontró con la tribu de los indios vasijos, así llamados por su cabeza hueca y alargada, siempre rellena de algún líquido potable. Después de instalarse en el poblado a ostia limpia, les vació la cabeza y ordenó que la utilizaran para recoger las aguas residuales de las tiendas de los expedicionarios españoles, lo que causó gran malestar y peor olor entre los vasijos. Al final de cada jornada no les quedaba ánimo ni para fregarse. Los más débiles se suicidaron rompiéndose contra las piedras; otros, como este, se enterraron, y por eso ahora sus restos pueden mostrarse aquí.

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